#Descarga | Armando Reverón: Entre fotografías y versos

Armando Reverón Movimiento Aquiles Nazoa

El 18 de septiembre de 1954, el mundo artístico venezolano despidió a uno de sus hijos más extraordinarios y enigmáticos: Armando Reverón. Su partida, ocurrida en una clínica psiquiátrica en Catia, Caracas, marcó el final de una vida dedicada por completo al arte, una existencia que desafió la razón y las convenciones, y que hoy, 71 años después, sigue siendo objeto de estudio, admiración y debate. La obra de Reverón no se limita a sus icónicos paisajes de Macuto o sus misteriosos muñecos, sino que se extiende a su propia vida, a su performance diaria, a la forma en que se convirtió en una pieza más de su vasto universo creativo.

La trascendencia de Reverón ha sido analizada desde múltiples perspectivas. Para los formalistas, como su biógrafo Alfredo Boulton, la clave de su legado reside en su obra pictórica, una evolución constante desde el impresionismo hasta sus célebres etapas blanca, sepia y azul. Para ellos, la genialidad del pintor se encuentra en su depurada técnica, en su manejo magistral de la luz y el color, y en su incansable búsqueda de la esencia de la realidad. Todo lo demás —sus rituales, su vida austera en el Castillete, sus excentricidades— es visto como mera mitología, anécdotas que distraen de la verdadera importancia de su arte.

Sin embargo, para otros, la obra de Reverón es él mismo. Los críticos de arte contemporáneo ven en él a un precursor, un artista performista que habitó su obra, un pionero del arte corporal y del gestualismo. Su vida en Macuto no era un simple telón de fondo; era el escenario donde el genio, con ironía y excentricidad, actuaba para sí mismo y para quienes osaban visitarlo. Esta visión va más allá de los paisajes o los desnudos que pintaba para subsistir y se enfoca en la figura del artista como el objeto principal de su propia creación.

Un universo íntimo en clave poética

Acceder al universo de Armando Reverón es una tarea compleja, pues su obra se vuelve más incomprensible cuanto más se intenta explicarla con la razón. Es en este punto donde la poesía y la fotografía ofrecen una llave para entrar en ese mundo recóndito y vasto. Hoy, en conmemoración de su partida, el Centro de Investigaciones Aquiles Nazoa tiene el honor de poner a disposición del público el libro «Reverón», una obra que logra precisamente eso: capturar la esencia de su vida íntima y doméstica.

Este poemario, creado por las talentosas escritoras venezolanas Florencia Grillet y Beatriz Aiffil, se aleja de la crítica formal para adentrarse en la sensibilidad del artista. Las palabras fluyen al compás de las fotografías de Ricardo Razzeti, considerado el testimonio visual más coherente y objetivo de la vida del «pintor de la luz». Estas imágenes, algunas de las cuales han dado la vuelta al mundo, muestran a un Reverón en su cotidianidad, rodeado de sus objetos, sus muñecos y su entorno, ofreciendo una mirada sin precedentes a su universo interior.

El prólogo, escrito por el poeta Juan Calzadilla, titula acertadamente «El reposo del artista en un libro de arte», y resume el espíritu de la obra: una pausa, un respiro poético para comprender a un artista que no necesita ser explicado, sino sentido.

Descarga gratuita: Un regalo al arte y la memoria

A través de esta descarga gratuita, la Fundación Movimiento Aquiles Nazoa busca mantener viva la memoria de Reverón y su impacto ineludible en el arte venezolano. Te invitamos a sumergirte en este diálogo entre poesía, fotografía y el legado de uno de los creadores más importantes de nuestra historia.

Descarga el libro «Reverón» y únete a nosotros en esta jornada para celebrar la vida y obra de un genio que trascendió la pintura para convertirse en un ícono de la creatividad y la resistencia artística. Porque como Reverón nos enseñó, la verdadera obra de arte es la vida misma.

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