Me LIBRO de TODO: El poeta Bello
Hoy, 15 de octubre de 2025, se cumplen exactamente 160 años de la muerte del gran humanista venezolano Andrés Bello (1781-1865) en Santiago de Chile. La mayoría piensa en el gramático, el legislador, el maestro de Bolívar, el rector. Es decir, del Bello de los libros, del Bello de las leyes… ¿Pero qué hay del poeta Bello? Esa es la faceta esencial de un hombre que consideró divina a la poesía. Me LIBRO de todos los clichés académicos para abordar su obra desde un prisma juvenil contemporáneo para conocer todo lo bello del poeta inmortal.
Andrés Bello, además de un erudito, fue un soñador que vio en nuestra América la cuna de una nueva civilización y, por ende, de una nueva expresión artística, una cultura e idiosincracia. Él percibió que la Poesía, con mayúscula, debía migrar del Viejo Continente. Esta idea es la esencia de su «Alocución a la Poesía» (1823), un texto poético que es a la vez himno y manifiesto.
Descubramos los versos donde Bello le habla a esa “Divina poesía” que él mismo define en términos de naturaleza y retiro:
“Divina poesía,
tú, de la soledad habitadora,
a consultar tus cantos enseñada
con el silencio de la selva umbría;
tú, a quien la verde gruta fue morada,
y el eco de los montes compañía…”
Bello nos está diciendo, con ese léxico exquisito y culto, que la verdadera Poesía no está en los salones de la corte, sino en la naturaleza pura; es la voz que dialoga con el silencio. Él la llama a dejar atrás a la decadente Europa para tomar posesión de su nuevo hogar:
“…tiempo es que dejes ya la culta Europa,
que tu nativa rustiquez desama,
y dirijas el vuelo adonde te abre
el mundo de Colón su grande escena.”
Esta es una cita literaria poderosa: es la visión profética de Bello sobre la identidad cultural americana que se abría al encuentro y conexión de dos mundos. Desde la sensibilidad y esencia de nuestra propia geografía, de nuestra naturaleza. Bello, con una visión adelantada a su tiempo, lanza una crítica mordaz a la intelectualidad europea, a la que considera esclava de una razón fría y ambiciosa. Para él, el arte estaba siendo desplazado por una visión utilitarista del mundo:
“No te detenga, ¡oh diosa,
esta región de luz y de miseria,
en donde tu ambiciosa
rival Filosofía,
que la virtud a cálculo somete,
de los mortales te ha usurpado el culto;”
Si Bello se espantaba por la «Filosofía del cálculo» del siglo XIX, ¿qué diría de los influencers, del algoritmo y del like que juzga hoy la virtud artística, “valorándola” en cuanto a cantidad de seguidores? ¿Acaso no es la «corrupción» de lo que es superficial y vacío lo que a veces se apellida «cultura» o «tendencia» en el mundo actual? Bello nos legó una alarma que hoy mantiene fuerza: el arte debe ser libre de la servidumbre del sistema.
¿Qué opinan los lectores del siglo XXI acerca de la poesía de Andrés Bello? ¿Alguien la conoce y la valora? ¿Es su lenguaje poético anticuado?
Es cierto. Las palabras de Bello, con su orden sintáctico clásico (hipérbaton) y su vocabulario culto, no son las de un slam poético de Caracas o de un haiku moderno de Tokio. El lenguaje de Bello es “clásico”, sí, pero clasicismo no es sinónimo de anticuado, sino de fundamento.
La poesía de Bello requiere pausa, diccionario y ganas de elevar el espíritu. Pero su núcleo temático no envejece: su canto a la naturaleza, su rechazo a la superficialidad, y su fe inquebrantable en una América que él llama:
“América, del sol joven esposa,
del antiguo océano hija postrera
en su seno feraz cría y esmera”.
¡Qué bello verso! Una América fértil, joven, con un destino épico. La conclusión es clara: Andrés escribió bien Bello. El reto de hoy no es solo recordarlo en efemérides, sino leerlo, difundirlo y valorarlo. Tarea Pendiente: Leer al poeta Bello.
¿Acaso podemos decir que conocemos a un artista si ignoramos su obra más personal, la que surge del diálogo con la soledad y la musa? El gran legado de Bello está allí, esperando. Es tarea pendiente para todos nosotros, los promotores de la cultura en este «mundo de Colón», conocerle de la manera más esencial que se puede conocer a alguien: en su divina poesía.
¡Bien bello pues! Con Andrés me libro de Colón, de corrupción, de cálculos y usurpaciones. Inmortal, como su poesía ¡Me LIBRO de TODO!
José Leonardo Riera Bravo
El Chico de la Poesía
@SoyJLRiera @meLIBROdeTODO